¡Les damos la Bienvenida! a este espacio de
religión que es Navegar Mar Adentro,
lugar de encuentro para catequistas, niños, jóvenes y adultos, que quieren formarse en valores. En este blogger intentamos
formar al ser humano, desde las distintas etapas de su crecimiento, de
manera consciente, en libertad, con sentido crítico y con creatividad,
desde un punto de vista humano y religioso.
Desde aquí ensayamos abrirnos al mundo, donde Jesucristo se
hizo hombre, y aún hoy sigue haciéndose presente en la
historia a través de personas; que defienden y
promueven la dignidad de toda creatura, denunciando el mal y la
injusticia en nuestra sociedad y en el mundo; anunciando con esperanza que es posible transformar
este mundo en un mundo mejor, más justo, mas pacífico,
más solidario y mas fraterno.
Quiere ser un ámbito de
participación donde cada uno, Navegando Mar
adentro, desde su propia identidad y vocación, vaya construyendo su
personalidad, partiendo de su realidad cotidiana; y
expresando lo que vive y reflexiona.
Evangelio según San Lucas 5,1-11
La pesca como misión de la Iglesia: La adhesión a la fe lleva a
la misión, esto es, a entrar en la comunidad instituida por Jesús para la
difusión del Reino. Jesús escoge una barca y escoge a Pedro y, desde la barca,
llama a hombres y mujeres, hijos e hijas, a continuar su misión.
Es la misión apostólica, que empieza ahora, en obediencia a la
Palabra del Señor y que llegará bogando por el mar a todos los rincones de la
tierra. Nos pregunta:
a) “Sentándose,
enseñaba desde la barca a la muchedumbre” Jesús baja, se sienta, esta en medio
de nosotros, se abaja hasta tocar nuestra tierra y desde esta pequeñez
nos ofrece su enseñanza, su Palabra de salvación. Jesús me ofrece tiempo,
espacio, disponibilidad plena para encontrarlo y conocerlo, pero ¿Sé quedarme,
permanecer, hallarme con Él, delante de Él?
b) “Le rogó se alejara un poco de tierra”. La
petición del Señor es progresiva. Luego pide ir mar adentro” Invitaciones
dirigidas a todas las barcas de todos los hombres y mujeres. ¿Tengo fe, tengo
confianza, confío en Él y por eso me dejo llevar, abandono la pesca? Me miro
dentro con sinceridad y seriedad: ¿Dónde están plantadas las anclas de mi vida?
c) “Echaré las redes”. En este pasaje el verbo
“echar” aparece en dos ocasiones: la primera está referido a las redes y la
segunda a la misma persona de Pedro. El significado es fuerte y claro: delante
del Señor podemos echar todo nuestro ser. Nosotros echamos, pero Él
recoge. Siempre, con una fidelidad absoluta e infalible. ¿Me siento dispuesto a
tomar mi vida tal como es hoy y arrojarla a los pies de Jesús, para que Él, una
vez más, me recoja, me sane, me salve, haciendo de mí un hombre nuevo?
d) “Hicieron señas a los compañeros de la otra
barca”. Pedro sirve de guía para mi camino y me indica la vía de apertura
a los otros, de la participación, porque en la Iglesia no es posible estar
aislados y cerrados. Todos somos enviados.
¿Pero yo sé acercar mi barca a la de los demás? ¿Sé como darles a los otros hermanos y hermanas los dones y las riquezas, que el Señor ha querido confiarme en depósito?
¿Pero yo sé acercar mi barca a la de los demás? ¿Sé como darles a los otros hermanos y hermanas los dones y las riquezas, que el Señor ha querido confiarme en depósito?
No hay comentarios:
Publicar un comentario