REFLEXION:
¿Qué me dice el texto?- Jesús está cada vez más solo. Me encuentro también solo con Jesús y le digo: “Señor, perdóname” sabiendo que él está siempre dispuesto a perdonarme y olvidar mis errores. Se lo pido de corazón…
- ¿Experimento que el amor misericordioso de Dios lo renueva todo en mi vida perdonando mi pecado? ¿Vivo su compasión y su misericordia en el sacramento de la Confesión? ¿Pido perdón por haberme convertido en juez de los demás?
- “Tampoco yo te condeno. Puedes irte y no vuelvas a pecar”. ¿Qué rostro de Dios reflejan las palabras de Jesús? ¿Cómo experimento en mi vida de fe la liberación y el perdón de un Dios bondadoso y misericordioso?
- Jesús ofrece vida a esta mujer que la ley condena: ¿Qué situaciones y personas de tu entorno también juzgas y condenas? ¿Cómo puedes ofrecerles comprensión, perdón, y así, una nueva oportunidad?
- Antes de arrojar piedras contra nadie, hemos de saber juzgar nuestro propio pecado. ¿No será ese el camino para descubrir que lo que muchas personas necesitan no es la condena de la ley sino que alguien les ayude y les ofrezca una posibilidad de rehabilitación?
- ¿Qué gestos y palabras de Jesús te ayudan a mantener la esperanza de un juicio lleno de misericordia?
(Ed. Verbo Divino)
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