de Tiempo de Pascua - Ciclo A
11/05/14
Jn 10, 1-10
11/05/14
Jn 10, 1-10
El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir.
Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz".
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.
Palabra del Señor
ReflexiónEl Buen Pastor pronuncia mi nombre. Jesús es la Puerta y siempre está abierta
Cuando nos llaman por nuestro nombre, sentimos que somos alguien para el otro. Saber que el Señor nos conoce por nuestro nombre, conoce nuestra historia, nos cuida y sostiene es lo más importante de la vida. Lo que más seguridad, agradecimiento y amor nos puede dar. Sabernos pronunciados y amados por el Buen Pastor.
A la lista de tantos nombres, unimos el nuestro, como algo especial. Nos sentimos también especiales para Dios. Y podríamos poner el nombre de los que no cuentan, los no nombrados, los silenciados, los traicionados por los “pastores” del mundo…
Sabernos en los labios del Buen Pastor es el mejor antídoto contra el miedo. El tiempo de Pascua, el Cirio del Buen Pastor, quita miedos e inseguridades. Nos impulsa a ese abrazo único de la alegría y de la esperanza. Las ovejas conocen a su pastor y le siguen. Sabiéndonos en sus manos y a su cuidado, aprendamos a descansar en su Corazón, auténtica puerta para la vida.
A la lista de tantos nombres, unimos el nuestro, como algo especial. Nos sentimos también especiales para Dios. Y podríamos poner el nombre de los que no cuentan, los no nombrados, los silenciados, los traicionados por los “pastores” del mundo…
Sabernos en los labios del Buen Pastor es el mejor antídoto contra el miedo. El tiempo de Pascua, el Cirio del Buen Pastor, quita miedos e inseguridades. Nos impulsa a ese abrazo único de la alegría y de la esperanza. Las ovejas conocen a su pastor y le siguen. Sabiéndonos en sus manos y a su cuidado, aprendamos a descansar en su Corazón, auténtica puerta para la vida.
El Evangelio es vida y puerta para la vida. Puerta que se abre, nunca se cierra. Puerta que es promesa de pastos abundantes para las ovejas, o sea, posibilidad de vivir en el jardín de Dios, en su presencia, en su compañía, en su Amor.
Jesús es la puerta. Puerta inmensa, que nos facilita el encuentro con el Padre. El Espíritu, aliento constante en ese encuentro, nos lanza el mensaje de una historia nueva junto a Dios.
¿Seremos capaces de entrar por la puerta? ¿Nos dejaremos retener por algo? No perdamos la ocasión. El tiempo de Pascua quita miedos e inseguridades. Nos impulsa a esa abrazo único de la alegría y de la esperanza.
Dibus: Patxi Velasco Fano Texto: Fernando Cordero ss.cc. Fuente: http://blogs.21rs.es/kamiano
Jesús es la puerta. Puerta inmensa, que nos facilita el encuentro con el Padre. El Espíritu, aliento constante en ese encuentro, nos lanza el mensaje de una historia nueva junto a Dios.
¿Seremos capaces de entrar por la puerta? ¿Nos dejaremos retener por algo? No perdamos la ocasión. El tiempo de Pascua quita miedos e inseguridades. Nos impulsa a esa abrazo único de la alegría y de la esperanza.
Dibus: Patxi Velasco Fano Texto: Fernando Cordero ss.cc. Fuente: http://blogs.21rs.es/kamiano
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