Fuente: Posted on mayo 27th, 2013 by kamiano
El Pan de Vida, que es la Eucaristía, nos multiplica las ganas para amar, nos convierte en custodias vivas del Amor de Cristo. En el trabajo, en casa, con los enfermos, educando, en el taxi, en la tienda. Pero también en la tristeza, la incertidumbre, el paro… Jesús es nuestro alimento, el pan que nos contagia las ganas de vivir y de amar.
Tenemos mil oportunidades cada día de trasladar la comunión que recibimos en buenas acciones al servicio de nuestros hermanos. La intimidad con Cristo se traslada a la necesidad del hermanos. Comunicamos el encuentro al acoger a los otros como si fueran el propio Cristo.
Preparémonos para el día del Corpus. Saquemos brillo a la custodia de nuestra vida. Brillo de entrega, generosidad, caridad, fraternidad, alegría, compromiso… Las grandes palabras que solo tienen sentido si las actualizamos en gestos concretos.
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