de Tiempo Ordinario - Ciclo A
2/11/14
Jn 11, 17-27
Betania distaba de Jerusalén sólo unos tres kilómetros.
Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano.
Al enterarse de que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la casa.
Marta dio a Jesús: "Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Pero yo sé que aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas".
Jesús le dijo: "Tu hermano resucitará".
Marta le respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día".
Jesús le dijo: "Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá:
y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?".
Ella le respondió: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que debía venir al mundo".
Palabra del Señor
ReflexiónLa hermana muerte
Próximo domingo, conmemoración de Todos los Fieles Difuntos
Los cristianos tendríamos que hablar con más naturalidad de la “hermana muerte”, que diría san Francisco de Asís. Y hacerlo con la esperanza que nos briba la fe en Aquel que por nosotros murió y resucitó. Jesús venció a la muerte y este enemigo último de la humanidad ya no es un aguijón que nos aniquila, sino puerta que nos abre al Corazón del Padre. Esto ha de darnos sosiego y tranquilidad. Y, si aún estamos intranquilos, recordemos al gran san Vicente de Paúl: “Nadie que ha amado a los pobres puede temer a la muerte”. Una vida entregada hacia los más sufrientes y necesitados, la vida de tantas madres desvividas con sus hijos, de tanta gente pequeña que saca adelante a tantos, es la mejor manera de adelantar el Cielo aquí en esta tierra.
Hagamos memoria de aquellos que fueron importantes en nuestras vidas y ya no están entre nosotros, también de tantas personas anónimas que no tienen quienes recen por ellas. Y tengamos la seguridad de que el Buen Dios cuida de cada uno de sus hijos. Está cargado de llaves para abrirnos todas las puertas posibles camino del Cielo.
Queridos amigos, disfrutad de la Fiesta de Todos los Santos, un regalo para la Iglesia peregrina, y este domingo sintamos la comunión de los santos y el puente con la Iglesia Celeste.
En la noche que es la vida, nos enciendes, Señor, una vela para que podamos ver y, al llegar el amanecer, la apagas para que vivamos en la plena luz del día.
Dibu: Patxi Velasco Fano Texto: Fernando Cordero ss.cc. Fuente: http://blogs.21rs.es/kamiano
No hay comentarios:
Publicar un comentario