4º Domingo
de Tiempo Ordinario - Ciclo B -
"Enseñanza de Jesús en la sinagoga de Cafarnaùn"
1/2/15Mc 1, 21-28
Todos estaban asombrados de su enseñanza, porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas.
Y había en la sinagoga un hombre poseído de un espíritu impuro, que comenzó a gritar:
"¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido para acabar con nosotros? Ya sé quién eres: el Santo de Dios".
Pero Jesús lo increpó, diciendo: "Cállate y sal de este hombre".
El espíritu impuro lo sacudió violentamente y, dando un gran alarido, salió de ese hombre.
Todos quedaron asombrados y se preguntaban unos a otros: "¿Qué es esto? ¡Enseña de una manera nueva, llena de autoridad; da órdenes a los espíritus impuros, y estos le obedecen!".
Y su fama se extendió rápidamente por todas partes, en toda la región de Galilea.
Palabra del Señor
ReflexiónJesús nos “descontamina”
Solo Jesús, con su autoridad, con su vivir desde el Padre y su autoridad, puede expulsar el mal que nos contamina. Es tarea dura, porque el mal se adhiere con una facilidad que requiere la solidez del Señor para eliminarlo.
¿Qué cosas hay en nuestra vida que estropean el plan de Dios en nosotros? ¿Qué hace que nuestro corazón se agriete y nos resplandezca con su color original, que no bombee con su ritmo de vida?
“Cállate y sal de él”. Solo Jesús puede callar el mal que nos consume por dentro y, a pesar de las miles de palabras, nos deja mudos para expresarnos desde nuestra identidad. El mal se carga nuestro carnet de identidad, de hijos de Dios.
Dibu: Fano Texto: Fernando Cordero ss.cc. Fuente:http://blogs.21rs.es/kamiano
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