martes, 3 de marzo de 2015

Evangelio según San Juan 2,13-25 - "Jesús expulsa del Templo a los vendedores" -

IIIº Domingo 
de Tiempo de Cuaresma - Ciclo B -
"Jesús expulsa del Templo a los vendedores"
8/3/15
Jn 2,13-25
Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús subió a Jerusalén y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de sus mesas. 
Hizo un látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los vendedores de palomas: "Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre una casa de comercio". 
Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa me consumirá. 
Entonces los judíos le preguntaron: "¿Qué signo nos das para obrar así?". 
Jesús les respondió: "Destruyan este templo y en tres días lo volveré a levantar". 
Los judíos le dijeron: "Han sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?". 
Pero él se refería al templo de su cuerpo. 
Por eso, cuando Jesús resucitó, sus discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en la palabra que había pronunciado. 
Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba. 
Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: él sabía lo que hay en el interior del hombre. 
Palabra del Señor   
Reflexión
Cambiar el sentido
Con el sentido cambiado estaban los vendedores en el templo de Jerusalén. Se olvidaron del amor y se pegaron al metal que resuena de las monedas, el negocio y el intercambio.
No encontraremos a Dios donde no está. Él no se dejará encontrar en la corrupción, en aprovechar su Nombre para hacer caja, en lo que suene a cambio y enriquecimiento en provecho propio.
Hoy el Evangelio nos recuerda que el templo de Dios somos cada uno de nosotros. Así que esta escena evangélica se traslada a nuestra propia vida: ¿cómo vivimos?, ¿cómo usamos nuestro tiempo?, ¿en qué invertimos nuestras energías?, ¿qué papel juega Dios en todo ello?…
Estamos aún a tiempo, de cambiar el sentido si no nos hemos enterado todavía de que lo nuestro es amar.

Dibu: Fano                  Texto: Fernando Cordero ss.cc.                  Fuente: http://blogs.21rs.es/kamiano

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