Un año con color
Con Jesús todo se llena de color. Lo oscuro y gris torna vivo como en un arcoíris sin parangón. La tristeza, lo blanco y negro, se transforma con la alegría de Belén y un camino, el de 2015, todavía por recorrer, oportunidad única para amar y hacer este mundo un poquito mejor.
Para 2015 nuestros mejores propósitos. Le pido al Señor que seamos puente que una a unos y a otros, que en una sociedad a veces tan dividida seamos los cristianos gente que una y que nunca divida. Seamos puente, nunca muros que imposibilitan la comunicación. Y esto es muy aplicable al ámbito personal, familiar, laboral, social…
También los invito a que oremos por nuestras familias, con un recuerdo especial a los enfermos:
Te pedimos, Señor, por nuestra familia y por todas las familias del mundo, para que avancemos en el proyecto de una humanidad en la que realmente nos sintamos hermanos, miembros de la familia de los hijos de Dios.
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