Una vez terminada la Pascua, hay tres fiestas que nos tratan de explicar con signos claros, cómo es Dios, y cómo desea que seamos nosotros como cristianos: Santísima Trinidad, Corpus Cristi, y el Sagrado Corazón de Jesús.
Hoy celebramos la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Y es para nosotros tan importante que seguro después de esta celebración habréis salido por vuestras calles en procesión, celebrando esta fiesta...¿Y qué celebramos?
Cuando un equipo gana una competición, le dan un premio, un trofeo que exhibe con orgullo por su pueblo ... Pues esto es algo parecido a lo que nosotros celebramos, y que para nosotros es tan importante que lo sacamos a la calle orgullosamente. ¿Y qué es?
.... ¿Qué cosa es tan importante para nosotros? ¿Qué es lo más importante? ¿Lo que nos hace más felices? .... EL AMOR.....
Estamos tan contentos porque alguien me quiere tanto, que ha sido capaz de dar su vida por mí... tengo que estar feliz....
Miremos a los pelícanos que ama tanto a sus crías que se va arrancando a trozos su propio cuerpo para alimentar a sus crías, con la gran satisfacción de que sus crías siempre llevarán en ellas una parte de su madre, porque su trozo de carne se hará carne nueva en ellas.
El cuerpo y la sangre de Jesús. ¿Esto qué es?... un trozo de carne... ¿Y qué tiene que ver esta carne con el pan y el agua?... pues que el alimento del pan y del agua se transforma en carne de un ser vivo... Muy bien...
Pues esto que acabáis de descubrir es el gran descubrimiento de la Eucaristía, la fiesta que hoy celebramos... porque uno es, aquello que come... si come crece, si no come, muere... si come grasa se convierte en grasa... si come proteínas se convierte en fuerza...
Pues el mismo Cristo, que tanto nos ama que dio su vida por nosotros... quiso quedarse para siempre con nosotros, quiso hacerse cuerpo en nosotros para vivir dentro de nosotros... y por ello, Cristo en la última Cena da a comer su cuerpo y su sangre... en forma del pan y del vino que consagramos en la Misa...
Cuando nosotros comemos este pan y este vino... el Cuerpo y la Sangre de Cristo pasan a transformarse en cuerpo y sangre nuestra... y nosotros nos transformamos en un cachito de Dios... ¿en qué se debe notar? pues en que nosotros debemos de ir pensando como Dios, y actuando como Dios... amando, perdonando, ayudando, compartiendo... de forma que cuando la gente vea todo el bien que hacemos diga "ese chico/a tiene a Dios dentro, se le nota"... esto es comulgar... y si a todos los cristianos se nos notara, porque comulgamos con Cristo, este mundo sería un mundo maravilloso...
Publicado por Isabel Puga
No hay comentarios:
Publicar un comentario