"Papa Pío X, pobre y rico, suave y humilde, de corazón fuerte, luchador en pro de los derechos de la Iglesia, esforzado en el empeño de restaurar en Cristo todas las cosas."
San Pío X nació en Riese, humilde pueblo del norte de Italia, el 2 de junio de 1835.
El nombre de bautismo era José Melchor Sarto. Sus padres se llamaban Juan Bautista Sarto y Margarita Sansón. Tuvieron diez hijos, de los cuales, él era el segundo.
Juan Bautista era alguacil del ayuntamiento de Riese. En su oficio entraba hacer la limpieza de la casa-ayuntamiento y los recados del alcalde. Por todo ello recibía cincuenta céntimos diarios.
Los padres de San Pío X eran pobres, pero muy piadosos. Sobre todo, su madre.
"Siendo Beppi Sarto -dice René Bazin-, hijo de padres tan cristianos, no podía dejar de amar a la Iglesia, a los oficios, al cura, al cielo, del que se aparta a tantos niños". Todavía siendo niño perdió a su padre por lo que pensó dejar de estudiar para ayudar a su madre en los gastos de manutención de la familia, sin embargo ésta se lo impidió y pudo continuar sus estudios en el seminario gracias a una beca que le consiguió un sacerdote amigo de la familia.
La vida sacerdotal de don José Sarto empieza como coadjutor de Tómbolo y termina en la cátedra de Pedro. Se puede decir que pasó por la mayoría de los cargos por los que puede pasar un eclesiástico. Un estupendo aprendizaje brindado por la Providencia al hijo del humilde alguacil de Riese.
Esta anécdota de sus tiempos de cardenal de Venecia. Nos la cuenta don José María Javierre en su libro sobre la vida de San Pío X.
El Papa León XIII, ha muerto. Los cardenales de todo el mundo se han reunido en Roma para elegir al nuevo Papa. Al lado del cardenal Sarto está el cardenal Lecot, arzobispo de Burdeos, quien le pregunta en francés:
-Vuestra eminencia es, sin duda, arzobispo en Italia. ¿De qué diócesis?
-No hablo francés -responde Sarto en italiano.
-¿De qué diócesis sois arzobispo? -pregunta ahora en latín, el cardenal francés.
-Soy patriarca de Venecia.
-¿Y no habláis francés? Por tanto no sois papable, pues el Papa debe hablar francés.
-Cierto, eminencia, no soy papable. Gracias a Dios.
A pesar de no saber francés fue elegido Papa. Se resistió cuanto pudo, pero finalmente tuvo que rendirse a lo que claramente era la voluntad de Dios.
El cardenal Oreglia, decano del Sacro Colegio y camarlengo de la Santa Romana iglesia, se acerca al trono del patriarca de Venecia para recibir su aceptación del Sumo Pontificado:
-¿Aceptas la elección que acaba de hacerse de tu persona, en calidad de Papa?
Un momento de silencio, y el elegido contesta:
-Que ese cáliz se aparte de mí. Sin embargo, que se haga la voluntad de Dios.
La contestación no fue considerada válida y el cardenal decano insiste:
-¿Aceptas la elección que acaba de ser hecha de tu persona, en calidad de Papa?
El cardenal Sarto contesta:
-Acepto, como una cruz.
-¿Cómo quieres ser llamado?
-Puesto que debo sufrir, tomo el nombre de los que han sufrido: me llamaré Pío.
Falleció en Roma el 20 de agosto de 1914 y fue enterrado en las grutas vaticanas hasta que en 1951 sus restos incorruptos fueron trasladados a la Basílica de San Pedro, bajo el altar de la capilla de la Presentación, donde están expuestos a la veneración de los fieles.
En su epitafio se lee: Su tiara estaba formada por tres coronas: pobreza, humildad y bondad.
En 1954, el Papa Pío XII canonizó solemnemente a su predecesor ante una enorme multitud que llenaba la Plaza de San Pedro, en Roma.
Fue el primer Papa al que se canonizaba desde Pío V, en 1672.
San Pío X, ruega por nosotros.
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