miércoles, 23 de septiembre de 2015

Evangelio según San Marcos 9, 38-43.45.47-48 - "La intolerancia de los Apóstoles y la gravedad del escándalo"

26º Domingo 
de Tiempo Ordinario - Ciclo B
"La intolerancia de los Apóstoles y la gravedad del escándalo"
27/09/15
Mc  9, 38-43.45.47-48
Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros».
Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí.
Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.
Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos al infierno, al fuego inextinguible.
Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies al infierno.
Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga.
Palabra del Señor
Reflexión  
Si tu mano te hace daño…
Dice el Evangelio de este domingo: “Si tu mano te hace caer, córtatela: más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al infierno, al fuego que no se apaga. Y si tu pie te hace caer, córtatelo…”. 
Hay veces en las que es mejor cambiar “los brazos” de nuestra violencia, como si fuésemos muñecos a los que se les permite transformar su fisonomía, o cambiar nuestra lentitud de pies solidarios… o tantas cosas no ayudan a que los más pequeños, los más débiles crezcan. Y esto que es aplicable a cada uno de nosotros, puede servir para esta aldea global que es nuestro mundo.
No se trata de “cortar” partes del cuerpo, sino de usar nuestro cuerpo, nuestra vida, nuestras intuiciones, nuestras energías en un auténtico servicio al Reino y a nuestros hermanos.
Líbranos, Señor, de escandalizar a nadie con nuestras viejas y caducas actitudes que no conducen a la vida.
Fuente: http://blogs.21rs.es/kamiano

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