Así como los fariseos, muchas personas también se ocupan y preocupan de todo lo exterior, dejando de lado el interior del ser humano y no saben o no quieren mirar desde el corazón.
Escucha atentamente la oración y después de meditarla; vos también abrí tus manos y se un verdadero discípulo...y pregúntate como te sientes al tener "tus manos abiertas".
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